Por ello te compartimos cinco datos científicos que hay detrás de tu tratamiento farmacológico que te harán seguir la receta paso a paso y que además te sorprenderán:
Los medicamentos son seguros. Un grupo de científicos realizan una serie de investigaciones para desarrollar un nuevo fármaco o mejorar uno que ya existe. Por ello, existen procesos previos muy estrictos para sacar a la luz un medicamento. Se dividen en: investigación básica, investigación pre-clínica, investigación clínica y la etapa de autorización y registro. En total son entre 15 y 20 años de investigación y autorizaciones previas. Así que debes tener confianza en lo que receta tu médico, pues no solo tiene experiencia en su uso sino que un laboratorio médico respalda la marca original que te prescribieron.
Los medicamentos funcionan de acuerdo con su presentación. Ello significa que los ingredientes activos de los medicamentos no funcionan igual si se usan en pastillas, tabletas, píldoras, jarabes o inyecciones. Por ello nunca cambies la presentación de tu medicamento, a menos que tu médico lo autorice en una receta médica.
El excipiente es clave para facilitar el uso de tu medicamento. Existen sustancias que se mezclan con los medicamentos, se les conoce como excipientes, su fin es darles la consistencia, la forma, el sabor y otras cualidades que faciliten su uso. Sin embargo, cuando en las farmacias te ofrecen un producto con otro excipiente diferente al que viene en el medicamento prescrito por tu médico, puede ser contraproducente.
Los medicamentos curan de acuerdo a la dosificación y tiempo. Cuando tu doctor te extiende una receta, revisa que los medicamentos sean utilizados de acuerdo con las dosis indicadas tanto en tiempo como en gramaje o mililitros. Por ello, nunca hay que tomar de más o de menos, tampoco se deberá acortar o alargar los días de tratamiento. Si tu receta dice 7 días de antibióticos, por ejemplo, esos son los que deberás tomarlos así evitas la resistencia a los antibióticos de las bacterias.
Los medicamentos sirven para el 99% de los humanos. La píldora anticonceptiva, como la de Miramontes Cárdenas, la utilizan mujeres de todo el mundo. Es decir, no hay medicamentos exclusivos para mexicanos o tratamientos farmacológicos para personas de cierto origen étnico. Lo que sí cambia son las recetas médicas porque no es lo mismo medicar a un varón de 85 kilogramos con colesterol elevado, que sufre de tabaquismo y tiene 30 años, frente a una mujer de 70 años con 50 kilogramos y fragilidad ósea con la misma condición: colesterol elevado.
