¿QUIERES SABER
POR QUÉ ES ARRIESGADO CAMBIAR TU RECETA?
Solo funcionan si se toman a intervalos regulares:
La estructura química y composición de los medicamentos determina la rapidez con la que serán absorbidos por el organismo.
Manejan una concentración en sangre muy precisa:
La posología o dosis con la que se prescribe un medicamento es muy exacta para que no sea tóxica o pueda causar daños, sobre todo en el caso de tratamientos hormonales, cardíacos, presión sanguínea, antiepilépticos o litio.
Cada medicamento tiene su dosis y frecuencia óptima:
Así mantiene concentraciones en sangre que sean lo suficientemente altas para maximizar los efectos beneficiosos y lo suficientemente bajas para evitar efectos secundarios o toxicidad. Por ejemplo, el paracetamol, en dosis mayores a las recomendadas, puede causar daño hepático grave, pero no proporciona un mayor alivio del dolor.
Los medicamentos no son intercambiables:
A veces en la farmacia hay medicamentos que son parecidos, pero no intercambiables. Por ejemplo: Hay fármacos que aunque son de la misma familia y en principio se utilizan para tratar algún padecimiento, están orientados a resolver casos diferentes. Antes de recetarlos el médico toma en cuenta la vida media del medicamento, efectos adversos de los medicamentos o si el paciente tiene otra enfermedad agregada, entre otras variables, para prescribir uno o el otro. Es peligroso cambiar de medicamento.
Las indicaciones son exactas, sobre todo con antibióticos:
La eficacia del antibiótico para eliminar las bacterias de los tejidos infectados depende de las concentraciones continuas y adecuadas. Si no se toma con la dosis y frecuencia prescrita o no se completa el ciclo, las bacterias pueden sobrevivir y multiplicarse, y la infección complicarse.
Tienen un calendario particular para cada dosis y una duración:
Tienen un calendario particular para cada dosis y una duración: Sigue las instrucciones del médico a fin de evitar interacciones con otros medicamentos o interferencia con otros procedimientos o estudios requeridos, llegando a distorsionar sus resultados o causar otras complicaciones.
Los medicamentos tienen contraindicaciones:
Aunque un medicamento pueda servir para tratar tu enfermedad, no siempre es adecuado para todas las personas, ya sea porque son alérgicas, o por padecer una segunda enfermedad o un tratamiento subyacente con el que interaccionan.
Los medicamentos solo se usan para el propósito que se recetaron:
Tomar un medicamento por una indicación distinta a la recetada no proporciona beneficios adicionales, sino que puede dañar tu salud debido a sus efectos adversos.