¿Cuándo sí es una emergencia de salud y cuándo no?

Antes de entrar en pánico y correr al hospital, evalúa la situación

Nadie nace sabiendo ser padre y es que, desde que nacen y conforme los niños crecen, cientos de dudas invaden a los padres, sobre todo a los primerizos y, en algunas ocaciones, ante la primera señal de enfermedad las personas corren con el médico, aunque el problema no sea tan grave como ellos creen. Por eso, es necesario conocer e identificar las situaciones en las que se debe llevar a los niños al médico o la sala de urgencias.

Identifica y distingue entre emergencias y urgencias

Antes de salir de casa hacia el hospital más cercano, responde esta pregunta lo más objetivamente que puedas: ¿la vida del niño está en peligro inmediato? Si la respuesta es no, entonces estás ante una urgencia, es decir, una situación en la que sí necesitas atención médica pero la vida del niño no depende de eso y si la respuesta es sí, entonces es una emergencia y sí o sí debes buscar atención médica de inmediato.

¿Cómo puedes distinguir mejor entre urgencia y emergencia? Es muy sencillo, piensa en estas situaciones: la tos es una urgencia, mientras que una fractura o tener dificultad para respirar es una emergencia. Sin embargo, con todo y estas recomendaciones, no debemos hacer caso omiso a las molestias de nuestro hijo y debemos prestar atención a la forma en la que se desarrollan los síntomas, por ejemplo: si tu hijo tiene dolor de estómago, cabeza o garganta que no cede o aumenta progresivamente, debes buscar atención médica y, sí o sí, si se pegó en la cabeza, debes llevarlo a que le hagan una revisión.

Evita la automedicación y los remedios caseros

Si ya identificaste que es una urgencia, no automediques a tu hijo, mejor comunícate con tu médico, háblale de la situación y los síntomas, él podrá determinar qué medicamento tomar o, en caso de ser necesario, te pedirá que lo lleves a consulta.

Recuerda que cuando se trata de la salud de los niños, lo mejor es seguir #LoQueDiceTuMédico al pie de la letra y no cambiar (ni permitir que alguien más cambie) la receta que el médico te dio, si tienes dudas o no encuentras el medicamento que le recetaron a tu hijo, ponte en contacto con el doctor, pregunta por otras opciones de tratamiento y respeta siempre #LoQueDiceTuMédico.

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