Detrás de ese “sencillo papel”, donde se indica tanto el tratamiento farmacológico, como las recomendaciones para mejorar tu salud, existe un marco regulatorio que respalda y avala la prescripción médica en nuestro país.
El mal manejo de la receta, sea cual sea la razón, o el mínimo cambio implican riesgos a la salud como recaídas, la prolongación de la enfermedad, en algunos casos consecuencias graves e incluso lamentables como fallecimientos. Como ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para el 2050 la primera causa de muerte en nivel global será la resistencia microbiana debido al manejo inadecuado de los antibióticos.
El marco regulatorio que rige a todo el sector salud se somete a la Ley General de Salud (con carácter federal), de ahí se deriva el Reglamento de Insumos para la Salud, así como las Normas Oficiales Mexicanas y las Disposiciones Complementarias. Con este soporte y el de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) en las farmacias también hacemos farmacovigilancia.
Ante ello, uno de los compromisos y propósitos de la ANAFARMEX consiste en fortalecer la capacitación de los operadores de las farmacias tanto profesionales calificados como técnicos acreditados con certificación avalada por el Consejo de Normalización y Certificación, instancia dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Esta certificación del técnico que atiende en la farmacia está contemplada en los artículos 79°, 82° y 83° de la Ley General de Salud.