“No pasa nada, ¡es una gripita!”, “es solo una tocecita…”, “¡si nada más es un poco de moco!” son las justificaciones de algunas personas cuando se les pregunta sobre molestias que en ocasiones resultan muy obvias.
Muchas personas, al detectar algún síntoma que les resulta conocido, minimizan las posibles consecuencias que pueden sufrir si no atienden de manera adecuada sus enfermedades; la mayoría de las veces recurren a remedios caseros o, peor aún, no hacen nada.
“La otra vez me pasó lo mismo y con esto se me quitó”, “al rato se me pasa”, “ahorita me tomo algo” refieren quienes están acostumbrados a automedicarse y conservan en su botiquín los medicamentos que sobraron de tratamientos inconclusos.
Todas las enfermedades deben ser atendidas por tu médico. No existen enfermedades pequeñas ni grandes; toda molestia es causada por algo que no está bien en tu cuerpo y solo los profesionales de la salud pueden llegar a un diagnóstico y, en consecuencia, indicar un tratamiento, que está indicado en tu receta.
Algunas enfermedades tienen síntomas parecidos, por eso es necesario que tu médico haga una evaluación completa en la que toma en cuenta aspectos muy diversos como padecimientos anteriores, historial familiar de afecciones, reacciones a diferentes tratamientos, alergias a ciertos fármacos, así como tu edad, peso, condición física general y hasta tu estado emocional.
Con toda esta información tu médico podría además solicitar unos análisis clínicos para llegar, con plena seguridad, a un diagnóstico y determinar el mejor tratamiento que puede incluir –además de tus medicamentos en tiempos y dosificaciones exclusivos para ti– dieta especial, ciertos ejercicios o reposo, y en ciertos casos se recomienda permanecer en lugares a nivel del mar.
Para obtener los resultados esperados se debe hacer #LoQueDiceTuMédico en todas sus indicaciones y recomendaciones. La más importante es nunca cambiar los medicamentos que están en tu receta y tomarlos en los tiempos indicados. No interrumpas tu tratamiento, aunque ya sientas mejoría, hacerlo podría ocasionar consecuencias como resistencia bacteriana, entre otras.
Recuerda que tu médico está al pendiente de tu evolución y en caso de presentar más molestias o reacciones, lo correcto es comunicarte con tu médico, quien es el único que puede suspender o cambiar tu tratamiento. Cuando estamos enfermos la buena voluntad de las personas nos llena de recomendaciones y la mejor es: “Ve al doctor”.
Quienes nos aman nos quieren ver bien y es por ello que con la mejor intención del mundo te dicen qué les funcionó para curarse. Sin embargo, cada persona es diferente y reacciona de manera distinta a lo que consume. Es por ello que únicamente tu médico es la persona que puede decirte como mantener un buen estado de salud.